No hace falta ver a Alessandro Costa (8-2) dentro del octágono para descubrir que es un peleador de mil batallas. Alcanza con revisar su hoja de ruta, para darse cuenta de ello: nació en Manaos, Brasil, en el seno de una familia humilde; viajó con una pequeña maleta, y apenas veinte años, hacia México para alcanzar su sueño de ser un guerrero reconocido y transpiró cada gota de sudor para llegar hasta donde está hoy: a solo días de pelear con el mexicano Luis “Power” Solórzano (6-5), por el título mosca de la compañía LUX (el primero de su historia).
En la previa al duelo del 18 de septiembre, en Monterrey, El Rocktagono tuvo la posibilidad de charlar, mano a mano, con Alessandro “Nono” Costa.
¿Cómo llegas física y mentalmente al duelo por el título Mosca de LUX10?
Llego muy bien. Creo que ha sido uno de mis mejores campamentos. Me siento bien física y mentalmente y llego con buen peso para la pelea.
¿Fue duro preparar la pelea, a la distancia, dada la pandemia global?
Hubo muchos cambios. Trabajamos en un grupo reducido de cinco personas, en especial con Francesco Patrón (NdeR: LUX/5-0/135lbs), que también pelea en unos días. Creo que hemos trabajado inteligentemente, que es lo importante.
Con solo 24 años, tu ascenso ha sido increíble, acumulas un gran récord de 8-2 y vas a pelear por el cinturón: ¿qué se siente estar viviendo todo ésto?
Para mí es un sueño. Lo soñé desde chico, cuando empecé a entrenar jiu-jitsu a los 14 años. Yo veía las peleas estelares y me decía “quiero estar ahí”. Estoy viviendo un sueño. He pasado muchas cosas difíciles para estar aquí hoy. Mis amigos y mi familia, son la gente que me motiva.
¿Va a ser extraño entrar al octágono y que no esté el calor del público?
Uno mira las peleas y se siente extraño: no hay nadie, no se escucha música, se oyen todas las indicaciones. Sinceramente, tengo mucha curiosidad de ver qué es lo que se siente. Sé que ambos vamos a estar atentos a las esquinas, pero por suerte con mi coach, Diego López, tenemos un piecito de ventaja ya que nos hablamos en el mismo idioma.
Me imagino que la familia va a estar alentando y pendiente de la pelea, desde Manaos, ¿verdad?
Yo salí desde allá con un sueño. Mi familia era humilde y me costó llegar. Cuando mi cuerpo está cansado, lo primero que hago es acordarme de ellos y me repito “ey, acuerdáte de lo que le dijiste a la familia, lo que les prometiste”. Todos ellos me dan fuerzas para seguir en los entrenamientos, en las peleas y en los momentos difíciles.
¿Qué nos podés decir sobre el rival, Luis “Power” Solórzano?
Es un gran rival, con mucha experiencia. Lo he visto pelear bastante. Una vez, hace mucho tiempo, recuerdo haberlo visto y decir “ese chavo es muy bueno, quiero pelear con él”. Y ahora por suerte tengo la oportunidad. Será una gran pelea.
Para finalizar: ¿te animás a darnos un pronóstico sobre la definición de la pelea?
Vayan preparados para todo. Ambos tenemos mucho para dar. Somos dos peleadores peligrosos y eso es lo que va a hacer la pelea interesante.