Quien fuera una de las grandes estrellas de la última década del UFC, hablamos del mítico Chuck Liddell (21-9) no parece estar atravesando un buen momento. Sobre todo, en términos de salud.
A sus escándalos familiares más recientes (problemas domésticos y excesos de sustancias) se suma, ahora, una cuestión delicada que ha salido a visualizar su esposa, Heidi Northcott.
‘The Iceman’ -ex campeón de peso semipesado e integrante del Salón de la Fama- estaría sufriendo un grave caso de CTE (AKA Encefalopatía traumática crónica), algo que habría deteriorado muchas funciones de su sistema neurológico, entre ellas, el habla y la memoria. Aparentemente, todo eso lo ha llevado a volverse una persona inestable: física y psicológicamente.
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Así confesaba el drama de su esposo, Heidi Northcott que, dicho sea de paso, se separó de Liddell después de una relación de diez años y tuvo una compleja batalla por la custodia de sus hijos (Guinevere y Charles). Ahora, sin embargo, por el bien de su ex marido, dejó las broncas de lado:
“Ha sido noqueado muchas veces y tiene CTE. No puede recordar cosas y se atasca en el habla. Va a tener demencia o Alzheimer. Tiene una terrible apnea del sueño. No es un panorama alentador”.
(Heidi Northcott; A través del medio The Blast)
En charla con el medio The Blast, también se abordó la compleja situación que vive el entorno del peleador producto de su afección:
“La Sra. Liddell también afirmó que su ex esposo ha sido violento con personas de su entorno. Ella afirmó que noqueó a sus amigos cuando trataron de ayudarlo y solía golpear gente para conseguir drogas en la calle. Dijo que al Sr. Liddell le encantaba pelear y no dejaría que nadie se librara de pelear con él. Manifestó que él ha estado peleando con la gente y golpeando a la gente desde que estaba en el jardín de infantes, y su comportamiento ahora es más errático que nunca…”.
La CTE es una afección cerebral progresiva que se cree que es causada por golpes repetidos en la cabeza y conmociones cerebrales.
Liddell no pelea desde noviembre de 2018, cuando cayó derrotado por nocaut ante Tito Ortiz (21-12 MMA). El norteamericano estiró su carrera demasiado y, quizás, ahora esté pagando las consecuencias.
Esperemos, por el bien de la salud de la leyenda, que alguien de UFC pueda darle una mano al ex campeón semipesado para que, por lo menos, consiga paliar los síntomas y retrasar las complicaciones.
