Henry Cejudo rememora su viaje psicodélico con Mike Tyson

Henry Cejudo está disfrutando plenamente de su retiro y eso incluyó una visita al podcast de Joe Rogan. Ahí el ex monarca mosca y gallo de UFC fumó marihuana con Rogan y compartió una particular experiencia vivida con Mike Tyson.

Cejudo comentó que ‘el tío Mike’ Tyson le había hablado varias veces sobre los efectos psicodélicos derivados de un sapo. Convencido de probar, Henry viajó al Caribe y tuvo una experiencia que tuvo un impacto profundo en su vida.

“Fuimos a Antigua, que es una isla del Caribe. Tienen una agradable preparación con los rituales. Estamos ahí afuera y ellos tienen un chamán y Mike va primero. Se empieza a poner un poco loco, porque lo que eso te hace, como tú dijiste, es abrir muchos de tus demonios a los que probablemente llevas tiempo aferrándote. Entonces veo a Mike retorciéndose y girando, no quiero hablar mucho de eso, pero él estaba hablando mucho sobre su pasado. Como dijiste, él es un ídolo y una leyenda, yo también veo a Mike de esa forma. Entonces estoy ahí casi viajando, pero a la vez intrigado.”

Entonces tocó el turno a Cejudo de pasar de ser espectador, a vivir su propio viaje.

“Entonces me levanto y lo hago. Yo siempre quise respuestas sobre si este era mi camino y todo eso. Me llevó al primer amor de mi mamá. Me mostró como historia, casi como una película, cómo nací, cómo me tuvo mi mamá. Como cuando yo tenía ocho años ella tuvo a mi hermana y entonces yo ya no era el más joven, y como mi mamá, con toda justicia, me hizo a un lado. Dejar mi casa a los diecisiete y sustituir el amor de mi mamá con autorrealización en la lucha y en las artes marciales mixtas.”

“Me llevó de regreso a cuando era un pequeño niño, quizás de cuatro o cinco años, cuando lloraba con mi mamá. Recuerdo que de niño íbamos de Los Angeles a Nuevo Mexico en camiones y nunca parábamos en McDonalds ni lugares así. Cuando eres niño no sabes que eres pobre. Pero lo que hizo fue llevarme a esa persona que me creó y al amor de mi mamá. Hizo que resucitara algo en mí y estaba llorando y pidiendo perdón. Estaba hablando español y diciendo ‘mamá, perdóname.'”

“Era algo que daba miedo de cierta forma, te saca de tu cuerpo. Es casi como si estuvieras en el día del juicio y fueras tú a quien condenaran, y también eres el juez. Pero te da esta cierta paz, es como decirte que estás tan muerto, pero estás vivo. ¡Es la verdad, Joe! No sé cuáles has consumido tú, pero yo solo puedo compartir lo que he experimentado. Fue genial porque pude hacerlo con gente especial.”