Las últimas declaraciones de Darren Till (18-5-1), sobre sus aspiraciones a ser campeón del UFC, bien podrían valerle una invitación de USADA a golpear su puerta.
Y es que, con el debido respeto, parecería que el inglés ingirió alguna clase de sustancia alucinógena para lanzar semejante declaración, teniendo en cuenta, no solo su mala racha (cinco derrotas en sus últimas seis peleas), sino el hecho de que el UFC acaba de cortarlo. En fin, como se suele decir, si hay algo que no parece tener el contendiente de peso mediano es “miedo al éxito”…
“¿Si aún creo que tengo lo necesario para ser campeón de UFC? Ciento por ciento. Quiero el cinturón de peso mediano. Mis aspiraciones no han cambiado en ese sentido. El dinero va y viene, pero todavía tengo la mentalidad de que solo tengo 30 años y puedo lograr mucho.
La mayoría de los campeones de UFC tienen 34 o 35, así que sé que puedo hacerlo. Solo necesito ser dirigido de la manera correcta y asegurarme de que mi cuerpo esté en forma saludable y mi mente también. Independientemente de cuánto dinero gane fuera de UFC, en última instancia, mi objetivo es volver a tener esas grandes peleas en la organización dentro de dos o tres años y ser campeón en el mediano plazo”.
(Darren Till)
Más allá de cualquier suspicacia, no hace demasiado tiempo atrás, Darren Till parecía tenerlo todo para cumplir ese sueño de ser campeón del UFC. La estrella británica llegó a la empresa de Dana White en 2015 y, en menos de dos años, logró aumentar su récord profesional a 17-0-1 dentro del deporte. No obstante, a partir de su derrota contra Tyron Woodley en UFC 228, la cosa cambió drásticamente para él. Perdió, de manera consecutiva, contra Jorge Masvidal, Robert Whittaker, Derek Brunson y Dricus du Plessis y apenas pudo ganarle, en el medio, a Kevlin Gastelum. Su carrera, cayó en picada.
Finalmente, el UFC decidió cortarlo de su plantilla el pasado mes de marzo, en una maniobra que, según declaró el mismo peleador, fue “consensuada”. En fin…
Veremos si “The Gorilla” logra recuperar el fuego sagrado y, de la mano de su amigo Chimaev, consigue ese empuje que lo vuelva a llevar al UFC y a colocarlo en los puestos de vanguardia. Su edad, al menos, aún le permite tener ese sueño en mente (recién acaba de cumplir 30 años).
