19 de enero del 2019. Sin duda esa fecha (aparentemente inocua) quedará grabada “a fuego” para el norteamericano T.J. Dillashaw. Y es que ese fue el día que se subió por última vez a un octágono. Pero aquella derrota ante Henry Cejudo en UFC Fight Night no sería el golpe más fuerte para el peleador de peso gallo -aquella caída fue en mosca-, sino todo lo que vendría luego: USADA lo sancionó por doping positivo, y el estadounidense debió pasar casi dos años alejado de la máxima competencia.
Sin embargo, el sello se rompió: T.J. Dillashaw estará volviendo a pelear el próximo fin de semana, ante el duro Cory Sandhagen y desde El Rocktagono te mostramos tres obstáculos que deberá superar si quiere volver a ser el mismo de antes…
Saber manejar la presión
Para un peleador como Dillashaw, estar tanto tiempo afuera no es sencillo. Sabemos que las MMA son un deporte en constante evolución y, durante el tiempo que TJ pasó alejado de la escena, muchas cosas cambiaron. Por ejemplo, Sandgahen ha usado ese tiempo para volverse uno de los peleadores más peligrosos del peso gallo, con victorias ante tipos como Frankie Edgar y Marlo Moraes. En consecuencia, cuando vuelva a poner un pie en la lona, el norteamericano no deberá salir de modo frenético a buscar el “todo por el todo”: deberá, en cambio, analizar a su rival, e incorporarse en esa “liga” nuevamente. Hacer sparring no es lo mismo que estar en medio del octágono y, si bien Dillashaw es considerado casi un GOAT del peso gallo, es necesario que sepa manejar la ansiedad y prepararse para una pelea a cinco asaltos que no permitirá tener ahogos rápidos o lapsus tempraneros.
“Segundos afuera”: TJ no deberá dejarse llevarse por todo el morbo que rodea su regreso.
Dosificar las energías
Como decíamos más arriba, la presión (del público, del rival y de lo que el propio peleador está poniendo en juego) puede hacer que las piernas comiencen a “temblar” rápidamente. Esto es algo que, en el pasado, no le ha afectado a Dillashaw: que supo manejar tensiones contra peleadores tan bravos como Cody Garbrandt. Pero, volver justo en una pelea de 25 minutos (cinco asaltos), amerita una buena administración del gasto o puede estar en problemas. Recordemos, además, que su rival disputó tres peleas en los últimos doce meses y que, salvo la caída ante Sterling, lo hizo muy bien con el resto de oponentes. Dillashaw, previo a la sanción apenas venía con una pelea disputada por año calendario: en 2017 Cody Garbrandt (victoria en 2; 2:41), en 2018 repitió ante “No Love” (victoria en 1; 4:10) y en 2019 solo fue ante Cejudo (victoria en 1; 0:36). En los últimos cuatro años, apenas pasó seis minutos en la jaula. Eso puede pesar…
La energía de un entrenamiento no siempre es indicador de la resistencia en tiempo de pelea: TJ deberá ser prudente en su juego…
Ver esta publicación en Instagram
Recuperar “la memoria”
¿Qué es lo mejor que sabía hacer TJ Dillashaw en sus peleas? ¿Aprovechar su striking? ¿Sacarle jugo a su cardio? ¿Evitar los derribos? ¿Saber usar las fintas? Quizás un poco de todo eso (recordemos que, en MMA, suma 8 KO, 3 sumisiones y 5 decisiones). Lo que debe intentar el ex campeón de peso gallo, es precisamente recuperar lo que mejor sabía hacer y no apuntar a un cambio de planes que sería, prácticamente, como lanzar la moneda al aire. Según sus propias palabas, TJ se considera con el nivel de “una bestia” pero eso no alcanza: él no ha sido dos veces campeón en peso gallo por ese instinto, sino por toda una caja de herramientas. Por eso, lo más importante que tiene para tachar en su cuaderno de notas es algo sencillo pero difícil a la vez: reencontrarse consigo mismo y con su espíritu de campeón.
Lo que viene: UFC Vegas 32
Dillashaw is back!
Cory Sandhagen welcomes the former bantamweight champion back to to the UC on Saturday night!#UFCVegas32 | Saturday 10pm | BT Sport 2 HD pic.twitter.com/qujVeSiqKr
— UFC on BT Sport (@btsportufc) July 19, 2021
¿Y tú, qué opinas? ¿Crees que TJ Dillashaw está capacitado para superar éstos tres obstáculos? ¿Podrá recuperar la magia de antaño? Responde en nuestras redes sociales.